Para ver mejor a los participantes, tanto Carmen como Moria, se ponen detrás del presidente del jurado. En un momento dado, llevadas por el irrefrenable ritmo cordobés, las dos vedettes se pusieron a repetir los pasitos que veían en la pista.
Con su habitual cara de pocos amigos, el veterano productor se dio vuelta y sin una pizca de caballerosidad les pidió que dejaran de bailar. Mientras Moria, con cara de asustada, daba un paso al costado, Carmen no reculó y decidió enfrentarlo.
Se le puso cara a cara y le dijo: “Que m… te pasa conmigo. No me jodás. No te metas conmigo porque te voy a comer el hígado, Me tenés podrida. ¿Quién te creés que sos? No me jodas más porque no sabés de los que soy capaz de hacer”. Todo dicho mirando a los ojos del cansado jurado, quien ni siquiera pudo hilvanar una frase para retrucar la furia de la rubia colega.
Luego de enrostrarle tamaña amenaza, la Barbieri se dirigió a su asiento para seguir calificando. En una pausa, un apichonado Gerardo se acercó a Carmen y le dijo: “No me podés tratar de esa manera”, respuesta muy lejana a la que muchos actores recibían en la época de esplendor del conductor.
Luego, el Gerardo llamó a la vedette a su camarín, hizo salir del mismo a su chofer Miguel y allí le pidió las disculpas del caso. Como se ve, el viejo bulldog del espectáculo ya no muerde y ni siquiera ladra.
Fuente: Primciasya
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